Autopublicación vs publicación tradicional.
Vengo a hablar, desde mi condición de editor, sobre los escritores y sus virtudes y vicios, no de nadie a título personal, sino como conjunto. En alguna ocasión he declarado a quien ha querido escucharme que vivimos una época que facilita en gran medida que quien quiera realizar una labor artística lo haga, cosa aparte será que pueda vivir de ello, pero sin duda convendrán conmigo que, volviendo a los escritores, quien desee escribir ya sea prosa o poesía, ensayo o teatro, puede encontrar gran cantidad de herramientas y medios para hacerlo.
Hablar de si merece la pena lo que esté escrito o no, me parece innecesario, pues quien lo ha hecho sí que lo ha visto así, y por lo tanto este punto queda fuera de toda discusión. Es pues virtud del escritor, esa creación, nacida como resultado de un anhelo de compartir historias y sentimientos, de dar rienda suelta a ideas que vuelan por su cabeza o de aleccionar a quienes, valientes, se adentren en las lecturas que se les propongan.
Escribir pues, es o debería ser, como pintar, tocar música o danzar, una actividad que provoca la continua evolución de nuestra especie, que hace milenios comenzó a engalanar sus utensilios y a narrar junto al fuego de la caverna fabulas para transmitir los conocimientos de la tribu.
Pero la virtud se vuelve vicio cuando se corrompe y esa necesidad de compartir y hacer avanzar se torna en deseo de reconocimiento y los títulos publicados se cuentan como perseas en un medallero olímpico. Publicar cualquier cosa y a cualquier coste está llevando a una devaluación de la palabra escrita, sí cualquiera puede escribir y es bueno y necesario para nosotros como sociedad que así sea. Pero ¿cualquier texto debe ser publicado?
Escribir pues, es o debería ser, como pintar, tocar música o danzar, una actividad que provoca la continua evolución de nuestra especie.
Soy publico defensor de la autopublicación, eso también lo he declarado en múltiples ocasiones. ¿Eso quiere decir que mi respuesta a la pregunta anterior es afirmativa? No, en absoluto, la autopublicación es una herramienta que permite que aquellos textos que, a pesar de su calidad, no tienen cabida en el mercado editorial tradicional puedan ver la luz. Y es que a pesar de las más de 4000 editoriales que puede haber en este momento en España es mucho mayor la producción de obra (¿sabías que en nuestro país hay una editorial por cada 300 bares?).
La autopublicación permite al escritor demostrarse así mismo que ha podido conseguirlo, pero más allá le da una carta de presentación cuando, tras enfrentarse de nuevo al proceso creativo, vuelva a contactar con editoriales. Esos libros autopublicados sean uno o cinco les están gritando al editor que quien los ha escrito tiene una voluntad de ser leído, tiene una necesidad de seguir escribiendo. Y eso, sumado a la calidad de lo escrito, es lo que va a terminar haciendo que la balanza se decante a su favor.
Por todo ello es por lo que defiendo el proceso de autopublicación, ¿a cualquier precio? No, con la ayuda necesaria de lectores cero, correctores, maquetadores, ilustradores… Porque no todo vale y que cuando hablamos de las herramientas que hoy en día se tienen para autopublicar no nos referimos exclusivamente a las plataformas donde se envían textos de cualquier forma y los imprimen tal cual, para optar por esa opción habla con cualquier imprenta o mejor directamente ahórrate el dinero. Es el correcto uso del conjunto de servicios a nuestra disposición lo que nos va a permitir obtener una ventaja competitiva, si cualquiera puede escribir y cualquiera puede publicar no todo el mundo puede escribir bien y no todos pueden publicar bien.
La autopublicación permite al escritor demostrarse así mismo que ha podido conseguirlo, pero más allá le da una carta de presentación cuando, tras enfrentarse de nuevo al proceso creativo, vuelva a contactar con editoriales.
Así pues, amigo escritor novel, está bien que mandes tus textos a los grandes grupos editoriales, aunque si no llevas un buen padrino pasarán meses o posiblemente nunca recibas respuesta. Es una gran idea que participes en premios y concursos y magnífico que te dirijas a editoriales pequeñas, que al fin y al cabo somos más del 90% del sector con tus manuscritos. No será la primera vez que por motivos de plazos y/o económicos tengamos que dejar pasar un buen trabajo. Pero recuerda que existe otra opción, y que si usas bien los recursos te abrirán más de una puerta.