ME HE DEJADO LO POLÍTICAMENTE CORRECTO EN …

 

Querido «amigo» escritor novel/amateur/principiante/independiente…

Tengo poca fe en que vayas a leer esto, porque posiblemente seas de esos que no leen nada y sin embargo te precias de escribir «un libro» en menos de un mes. Llevo desde que comenzó esto del confinamiento, y solo van diez días cuando lleguemos al mes no lo quiero pensar, compartiendo contigo, y con los demás, la situación en la que nos ha puesto esta pandemia al sector del libro.

Te he contado que desde los primeros días de marzo, antes incluso de que nos encerrásemos, se suspendían actos culturales, charlas y presentaciones. Hemos sido testigos de cómo las ferias del libro se aplazaban hasta finales de año meses antes incluso de que llegaran las fechas previstas para ellas.

Las grandes editoriales se plantean dar por perdido el año (¡¡imagínate las pequeñas y minúsculas!!) y no saben qué hacer con sus lanzamientos y si van a aglutinar en pocos meses todas sus novedades 2020 o si estas se irán redistribuyendo de alguna forma durante lo que se salve de este año y el 2021.

Las librerías, que son imprescindibles, están cerradas al no ser considerado el libro un bien de primera necesidad y aunque algunas mantienen algo de actividad a través del comercio electrónico, lo cierto es que este es totalmente anecdótico.

Y tú, que a lo mejor te has descargado alguno de los libros que se han puesto gratis estos días por parte de algunos autores o editoriales (aquí me limito a suscribir lo dicho por los libreros de Madrid https://www.libreriasdemadrid.es/no-a-los-contenidos-editoriales-gratuitos-covid19/) y que pondría la mano en el fuego asegurando que has aprovechado bien tus suscripciones a las plataformas de contenido audiovisual pero poco has leído, nos bombardeas con tus manuscritos recién vomitados e incluso nos llegas a decir que «en caso de estar interesados quisieras verlo publicado antes de este verano».

Te comento cómo es un día en una editorial pequeña en tiempos de confinamiento, así un poco a vuela pluma. Revisamos el correo, no hay compras ni pedidos a través de la web, la distribuidora tiene ejemplares de sobra y su actividad es tan alta que tiene programado un ERTE…
Leemos, revisamos lo que estaba programado para este año pensando cómo lo vamos a replantear hablando con los autores implicados. Realizamos los servicios editoriales que siguen demandandonos. Escribimos a autores que nos mandaron sus escritos hace meses. Seguimos leyendo…

Y tú, quieres que deje todo, lea lo que me has mandado a mi y a otras trescientas editoriales, que ni has personalizado el email, ni has ocultado las direcciones y terminas con la coletilla, abstenerse autopublicación.

¿Sabes lo que te digo? Esta es toda la respuesta que vas a tener por nuestra parte.